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China conmemora 80 años de su victoria contra Japón y reafirma su lucha contra la paz

Celebraciones se realizaron el 3 de setiembre en Beijing. Las nuevas guerras son el proteccionismo y el unilateralismo afirman analistas 


Tatiana Gutiérrez Wa-chong

Comunidad China de Costa Rica 



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Cerca de 35 millones de personas murieron en el conflicto entre China y Japón que duró 14 años y se contabilizaron más de 600 mil millones de dólares en pérdidas económicas directas e indirectas. Es por eso que hoy, después de 80 años de victoria, el dragón asiático se mira en el espejo de la guerra para valorar la paz y reafirmar su soberanía sobre Taiwán.


Para muchos descendientes chinos radicados en Costa Rica, esta victoria trae también una serie de recuerdos, ya que sus padres debieron abandonar esas tierras para sobrevivir y lograr sacar adelante a sus familias.


El retorno de Taiwán a China fue uno de los logros trascendentales en esta victoria en la Segunda Guerra Mundial y, además, un capítulo muy importante del nuevo orden internacional de posguerra.


Una serie de documentos de validez mundial –como la Declaración de El Cairo, la Proclamación de Potsdam y el Acta de Rendición de Japón– confirmaron la soberanía de China sobre la región de Taiwán como un hecho jurídico incuestionable, que incluso fue reconocido por la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.


“Hoy, 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la situación del mundo atraviesa un período de cambios que no tiene antecedentes. La paz, el desarrollo y la cooperación se han convertido en la corriente dominante de la época y en el deseo común de la inmensa mayoría de la comunidad internacional. Pero, al mismo tiempo, ha resurgido el unilateralismo, el proteccionismo y el hegemonismo, así como las guerras arancelarias y comerciales”, aseguró Wang Wei, embajador de la República Popular de China en la Argentina.


Y es que la amenaza es grande y ni siquiera la Organización Mundial del Comercio (OMC) puede dar marcha atrás a las decisiones del presidente Donald Trump de imponer impuestos a las economías del mundo.


Este y otros problemas fueron catalogados por el embajador como “la espada de Damocles de la guerra que sigue pendiendo sobre la humanidad, y tanto la paz como la estabilidad global deben enfrentarse a numerosos riesgos y desafíos”.


Por eso, la idea de construir una comunidad de futuro compartido de la humanidad, propuesta por el presidente Xi Jinping, es apoyada por el embajador argentino y constituye precisamente la continuación y el desarrollo de la valiosa experiencia de la victoria en la Segunda Guerra Mundial.


La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945) fue un conflicto prolongado y extremadamente costoso que se enmarcó en la lucha global contra el fascismo.


En mayo pasado, cuando el presidente chino, Xi Jinping, arribó a Moscú, dijo que “era hora de tomar la historia como espejo, extrayendo la sabiduría y la fuerza de la Segunda Guerra Mundial” para “oponerse resueltamente a todas las formas de hegemonismo y política de poder”, y así “crear conjuntamente un futuro más brillante para la humanidad”.


China organizará una serie de eventos durante todo el año, que incluyen una gran concentración y un desfile militar, bajo el lema “Recordar la Historia, Honrar a los Mártires, Apreciar la Paz y Crear el Futuro”.


Esta es, a la vez, una reflexión solemne sobre la historia y una firme declaración de futuro.

Estas conmemoraciones sirven como una lección colectiva de historia que trasciende el tiempo y el espacio.


Este triunfo monumental de la Guerra contra la Agresión Japonesa fue una victoria no solo para el pueblo chino, sino también para todos los pueblos del mundo.


La Declaración de El Cairo y la Proclamación de Potsdam, ambas firmadas con la participación de China, sentaron las bases del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial y siguen siendo las piedras angulares para salvaguardar la equidad y la justicia globales.


Como ha enfatizado Xi Jinping, el gran espíritu de resistencia a la agresión es una fuente invaluable de inspiración y siempre motivará al pueblo chino a superar todas las dificultades y obstáculos, y a esforzarse por lograr la revitalización nacional.


El espíritu heroico cultivado durante la Guerra contra la Agresión Japonesa ha demostrado al mundo el patriotismo del pueblo chino, su sentido del deber por el destino de la nación, su inquebrantable integridad nacional –que le permitió preferir la muerte a la rendición–, su heroica determinación de luchar hasta el final contra viento y marea, y su inquebrantable fe en la victoria final.


Hoy, cuando China se encuentra en un nuevo punto de partida para la revitalización nacional, aún enfrenta diversas contradicciones, riesgos y desafíos.


El evento conmemorativo del 3 de septiembre en Pekín dio la bienvenida a numerosos líderes y dignatarios extranjeros, destacando que esta victoria es un recuerdo común apreciado por toda la humanidad, a la vez que refleja las aspiraciones universales de paz de los pueblos de todo el mundo.


En los últimos 35 años, el ejército chino ha desplegado más de 50 mil cascos azules en más de 20 países y regiones, incluidos Sudán del Sur y Líbano, llevando a cabo 26 misiones de paz de la ONU. La participación de estas unidades en el desfile no solo subraya la solemne conmemoración de la victoria en la Guerra contra la Agresión Japonesa, sino que también demuestra el compromiso de China, como gran potencia responsable, con el cumplimiento de sus obligaciones internacionales y la salvaguardia de la paz mundial.


Mientras tanto, la exhibición de armas y equipos avanzados demostró la firme determinación y la gran capacidad del Ejército Popular de Liberación de China para salvaguardar la soberanía y la integridad territorial del país.


China se presenta, así, como heredera y defensora de los logros de 1945, pero también como un actor central en la construcción de un nuevo equilibrio mundial. Ocho décadas después, la guerra sigue siendo un espejo, y la paz, un ideal por el que el gigante asiático asegura estar dispuesto a trabajar junto a la comunidad internacional.


La guerra entre China y Japón ocurrió entre 1931 y 1945, que culminó con la rendición de Japón. Lintao Zhang (Getty Images)
La guerra entre China y Japón ocurrió entre 1931 y 1945, que culminó con la rendición de Japón. Lintao Zhang (Getty Images)

El costo humano y económico de la victoria china

  • La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945) dejó 35 millones de bajas militares y civiles.

  • El conflicto duró 14 años, convirtiéndose en el frente más prolongado y sangriento de la Guerra Antifascista Mundial.

  • El esfuerzo bélico significó pérdidas económicas por más de 600.000 millones de dólares, entre daños directos e indirectos.

  • Durante gran parte de la década de 1930, China enfrentó sola la maquinaria militar japonesa, inmovilizando a más del 70 % del ejército nipón en su territorio.

  • Estas contribuciones, según historiadores, resultaron decisivas para frenar la expansión japonesa en Asia y facilitar la victoria global.

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